Madera maciza
Las puertas enchapadas están compuestas por un panel de partículas de madera (E1) que se recubre de una hoja de aglomerado, que puede ser de diferentes espesores, encolada con adhesivos especiales. De esta forma se obtienen paneles que se seccionan y cantean con canto de madera maciza de aproximadamente 1 milímetro de espesor. Luego el conjunto se pinta. La pintura (de color o transparente, a la que se añade un protector final) constituye una variable estética y al mismo tiempo una protección contra los agentes externos, por lo que debe preservarse con un uso y un mantenimiento adecuados. Las maderas con las que se fabrican los aglomerados son variadas, al igual que los acabados que se obtienen. En las puertas con marco, el panel central es enchapado o de madera maciza, según el modelo; el bastidor siempre es de madera maciza.
Dónde están
- Puertas
- Tiradores
- Repisas
- Muebles abiertos
- Sillas y taburetes
- Mesas
Datos técnicos
Las puertas enchapadas están compuestas por un panel de partículas de madera que se recubre de una hoja de aglomerado encolado con adhesivos especiales. Los aglomerados están formados por hojas de madera de diferente espesor. De esta forma se obtienen paneles que se seccionan y cantean con canto de madera maciza de aproximadamente 1 milímetro de espesor. Luego el conjunto se pinta. La pintura (de color o transparente, a la que se añade un protector final) constituye una variable estética y al mismo tiempo una protección contra los agentes externos, por lo que debe preservarse con un uso y un mantenimiento adecuados. Las maderas con las que se fabrican los aglomerados son variadas, al igual que los acabados que se obtienen. En las puertas con marco, el panel central es enchapado, mientras que el bastidor es de madera maciza.
Mantenimiento
“Quien elige una cocina de madera sabe que deberá tratarla con cuidado. Cuanto más natural sea la elección -con acabados que destacan el diseño, el color y la calidez de este material- mayor deberá ser el cuidado de las superficies” (Franco Bulian vicedirector Catas – Ambiente Cocina). La limpieza se debe realizar con constancia y continuidad, evitando el contacto prolongado de las superficies con agentes que ensucian. Limpiar delicadamente con un paño de microfibra húmedo y secar bien; evitar el uso de detergentes no específicos para la madera; secar todas las gotas de agua y vapor para evitar la hinchazón y el desprendimiento de la pintura debajo del fregadero y en el lavavajillas, el horno y la campana (la madera es un material higroscópico, por lo que se debe prestar atención especialmente a las zonas más expuestas a los vapores húmedos, al calor y al contacto directo con el agua). No utilizar en absoluto productos con contenido de solventes (acetona, alcohol, etc.) u otras sustancias agresivas (lejía, amoníaco y derivados, desengrasantes, etc.) que podrían modificar el aspecto de la madera de manera irreparable. Garantizar en el ambiente de la cocina un clima salubre, ni demasiado seco ni demasiado húmedo, para evitar hinchazón y agrietamientos. La madera absorbe y pierde continuamente humedad, en un intercambio constante con el aire del ambiente en el que se encuentra. Esta dinámica determina la continua expansión y retracción de la madera, fenómeno que -si la humedad en la cocina no se mantiene bajo control, evitando períodos prolongados con valores “extremos”- puede causar daños graves en este material (Franco Bulian vicedirector Catas – Ambiente Cocina). Atención a la luz: la madera es un material natural que con el tiempo madura y se modifica según las características del ambiente donde se encuentra: el color de la madera, poro ejemplo, no es químicamente estable, y con el tiempo va cambiando por efecto de la radiación luminosa. Los muebles de cocina expuestos a las radiaciones del sol pueden cambiar de color de manera no uniforme. Por todos estos motivos, conviene respetar las peculiaridades naturales de la madera y evitar cualquier forma de limpieza enérgica (ej. frotamiento excesivo, chorros de vapor, etc.).