Se deben tener en consideración dos aspectos principales: los factores técnicos, como el metraje del ambiente, las conexiones del gas y del agua, y los factores personales, como los hábitos y los gustos. No hay que subestimar los flujos de trabajo, es decir, todos los desplazamientos durante las operaciones cotidianas (coger los alimentos, cocinar y lavar), que se deben estudiar para situar correctamente los elementos de la cocina y facilitar el movimiento.

Además de un alto rendimiento estético, una cocina en isla asegura una óptima gestión del espacio y una superficie de trabajo más amplia, favoreciendo los momentos para socializar y compartir. Además, si se decide colocar la placa de cocción en la isla, se evitan las salpicaduras en la pared, y la limpieza se limita al área de la barra.

La península garantiza dinamismo a la cocina y a menudo sirve de separación entre el ángulo de la zona de cocción y la sala de estar. La barra aumenta la superficie de apoyo y se puede aprovechar cómodamente como área snack para el desayuno o para una comida rápida.

Para proyectar una cocina en golfo, es decir, con forma de U o de herradura de caballo, hay que tomar como punto de referencia el triángulo de trabajo ideal: disponiendo en tres lados diferentes la placa de cocción, el fregadero y el frigorífico. Es preferible que los primeros dos elementos se coloquen bastante cerca entre sí para facilitar las operaciones cotidianas.

Para tener una cocina práctica y funcional es importante poner lo más cerca posible entre sí los electrodomésticos, la placa de cocción y el fregadero, aun colocándolos en el ángulo de la composición. Es posible aprovechar el ángulo también para guardar vajillas y alimentos, instalando dentro del mueble bajo mecanismos extraíbles que permitan alcanzar las cosas situadas en el fondo de los módulos.

Las ventajas de la composición en ángulo son muchas: permite aprovechar los espacios reducidos, crear un ambiente funcional y aireado (gracias a los módulos abiertos y las repisas) y utilizar las conexiones del agua y del gas preexistentes, sin necesidad de trabajos adicionales.

El modelo lineal es particularmente adecuado para quienes disponen de un espacio largo y angosto, especialmente en viviendas de un solo ambiente donde se necesita integrar la cocina con la sala de estar. También se adapta a ambientes amplios: una idea podría ser dividir la composición en dos bloques e instalarlos sobre dos paredes diferentes.